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a= 9OO Y deseaba el Sefior tan vivamente, que los hombres tuviesen conocimiento exacto y perfecto de la sumi- sion con que obedecia 4 su Padre, que quiso cerrar su trato y conversacion con ellos, déndoles una de-- mostracion indudable: pues al levantarse de la alti- ma cena para tomar el camino del huerto de los olivos, dijo 4 sus discipulos estas palabras: para que el mundo conozca que amo a mi Padre, y como me dié el mandanziento el Padre, asi lo hago: levantaos, y vamos de aqui. 1 Dichas estas palabras, Jesus salié 4 darse en manos de sus enemigos. Es verdaderamente inefable esta humildad, con ue el Hijo de Dios hecho hombre se somete al man- dentente de morir que recibe de su Padre, y que el mismo en union suya habia detretado como Dios desde la eternidad. Mas ;quén puede ponderar hasta donde lleva Jesucristo esta humildad en la Eucaris- tia? Porque, es cierto que en la naturaleza humana es inferior 4 su Padre, mas en ella misma es tanto mas excelente que los dngeles, cuanto heredé mas exce- lente nombre que ellos, 2 habiéndolo constituido el Padre sobre todo Principado, y Potestad, y Virtud, y Dominacion: , pero en la divina es igual 4 su Pa- dre, y dista infinitamente de los dngeles y de los hombres, y le bastaria mirar 4 todos un segundo con rostro airado, para que volviesen instantaéneamente 4 la nada, de donde salieron. Y sin embargo, al man- dar 4 sus apdéstoles y Asus sucesores en el sacerdocio, que renueven en memoria suya lo mismo que él ha- bia hecho en la dltima cena, determiné obedecer 4 su voz hasta el fin del mundo, bajando desde el cielo 4 Joan. cap. 14. v. 31.—? Hebr. eap. 1. y. 4.—* Ephes. cap. by WiFi. —

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