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we ie mesas hechas 4 ellos 64 sus padres? Fueron fuertes en la guerra que hicieron 4 los enemigos de Dios y de su pueblo: y sufrieron azotes y escarnios, y cade- nas,y edrceles antes de coutaminar sus almas con las abominaciones del mundo, andando descaminados por los desiertos, en los montesy en las cuevas y en las cavernas de la tierra. 1 Mas nosotros 4 quienes Dios da no ya el mané, simo el cuerpo de su Hijo, no ya el agua que saliéd milagrosamente de la piedra toca- da con una vara, sino la sangre que broté del costa- do de Jesus, nos dejamos vencer 4 cada pasode nues- tros enemigos, consintiendo en cuanto nos sugieren - el mundo, el demonio, y la carne. ;Ah desgraciados! Comemos el pan del cielo, y somos mas débiles que los que solo lo comian con el deseo: pero no, sera asi en adelante, 6 Jesus mio: pues llenos nuestros cora- zones de fe viva, y ardiendo en llamas de caridad, recibiremos vuestro sagrado cuerpo, y con su virtud resistiremos 4 las astucias del diablo, y desprecia- remos las yvanidades del mundo. peer PUNTO SEGUNDO. Queriendo nuestro Sefior Jesucristo edificar su Iglesia, que es aquella Jerusalen celestial que bajé. del cielo de parte de Dios, formé en ella un delicioso araiso lleno de todas las plantas de virtud y santi- ad, plantando en medio % él el frbol de la vida que da doce frutos. Porque asi como en el ameno vergel, en que colocé Dios al hombre inocente des- pues de haberlo criado, sobresalia entre los demfs Grboles frutales el de la vida, asi en la Santa Iglesia 1 Hebr. cap. 11. vy. 34. 36. 38.—2 Apoc. cap 22. v. 2. li ak tli an i taala Bi Re ae i ial ele o ee

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