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as IG as adorn4dolo con dones y gracias sobrenaturales, lo colocé en el paraiso que abundaba de todo género de frboles fructiferos y deliciosos, sobresaliendo en- tre todos el frbol de la vida, cuyo fruto conservaria al hombre en la inmortalidad que Dios le diera.: Sin embargo, todo esto no era mas que sombras que distaban infinitamente de la realidad. Porque gaué diferencia no existe entre las figuras dadas 4 os hombres antiguos, y las realidades que han reci- bido los que han visto 4 Jesucristo y recibido de él cosas del cielo, cuando aquellos solo las recibian terrenas y transitorias? ;Qué tiene que ver el pan que se corrompe con el que dura para siempre? ;Qué comparacion hay entre la sangre del cordero pascual y ladel cordero de Dios, que quita los pecados del mundo? El pan que yo daré decia el Salvador, es mi carne para la vida del mundo. No como el mand, que comieron vuestros padres y murieron. Quien come este pan, vive para siempre.* Considera entre tanto que indolencia tan criminal es la nuestra en no aprovecharnos de los _beneficios sin naimero que nos resultan de recibir la Eucaristia, Youn no es la criminalidad de los que miran con ndiferencia este alimento de las almas. Aquellos va- ‘rones santos, que vivieron en los tiempos de las sombras, comieron todos una misma vianda espiritual, y todos bebieron una misma bebida espiritual, porque bebian de uno misma piedra espiritual que los iba si- guiendo; y la piedra era Cristo.s Mas jquién no se pasma al ver la robustez de aquellos corazones, que solo se nutrian con el alimento de la fe en las pro- oe * Gen. cap. 2. v. 9.—2 Joan. cap. 6. v. 52. 59,.—% 1% Cor. cap. 10. v. 3. 4.
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