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10 siguén, ¿no tiene 4 la vista el ejemplo de Jesu- cristo crucificado por sa amor en el Monte Calva- rio? ¿Qué cosa mas injasta, mas fuera de razon que lo que hicieron los Judios con Jesucristo? Y sin embargo sufrió y calló: ¿pues por qué no= sotros no hemos de hacer lo mismo? El que pe- lea ese será coronado: el que trabaja ese reci- birá premio: y el que padece con Jesucristo será glorificado con Jesucristo. Tampoco se ha de atender á si hay gana ó desgana, si hay devocion Ó sequedad, sino con un teson invencible buscar ¿n todo acontecimien- to la gloria de Dios, y su sarto servicio. El que deja para otra ocasion la distribucion comenzada, la oracion, el ejercicio espiritual, porque siente floqueza ó fojedad: la jóven que quiere que no la miren, la que tiene vergiienza de que se sepa que sirve á Dios, ninguno de estos andará mucho por el camino de la perfeccion, siempre estará al prin- cipio, y al fin vendrá á caer en sus aotiguos pecados. No se contemporice con la naturaleza: no se escuchen las razones del mundo, ni á los parientes ni amigos: no se deje llevar del ejem- plo de los demas de su clase que no obran de la misma manera: no repare en el dicho comun que amedrenta á tantas devotas vergonzantes que .se