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64 la mano, y dale esta limosns. Cuaudo salga al campo dígale: Hijo, ese sol que nos alumbra, con cuyo calor se crian y mantienen esas plantas, e- sas flores, esas aves y animales, lo ha criado Dios para beneficio del hombre. Ese astro es el que fomenta la naturaleza para que pueda pro- ducir tantas cosas como necesita para alimentar- se y vestirse. La tierra que pisas, el vestido que te cubre, el alimento que te sostiene, todos son beneficios de Dios hechos á los hombres á fin de que le sirvan, le amen y sean agradecidos, guar- dando sus mandamientos, y para que no le ofen- dan jamas. Haciéndolo asi, nos premiará con. u- na gloria eterna, y conseguiremos la salvacion. Enséñale con el .ejemplo y con la doctrina el res- peto á los templos, la subordinación á las auto- ridaes, el amor al rey. y la reverencia á los ma- yores; especialmente al sacerdote, haciéndoles que se descubra la cabeza al encontrarlos, y quein- cándose de rodillas les bese la mano. Repitale mu- chas veces aquel consejo del Espíritu Santo en los proverbios (1): Teme, hijo mio, á Dios y al -rey, y no te acompañes con los revoltosos, por- que de repente se desplomará sobre ellos la per- (1) Prov, 24 21.

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