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62 carse á sí mismos y ser útiles á la sociedad, ni- veladas con los principios señalados por Dios, es lo que los ha de salvar en el juicio que les aguar- da. Segunda. Estos principios señalados y marca- dos por el mismo Dios, tendrán lodo su cuompli- miento si procuran portarse delante de sus hijos en obras y palabras como verdaderos cristianos, no diciendo mi haciendo cosas que los niños pe- quen al decirlos 6 imitarlas: si diariamente Ó con mucha frecuencia los juntan al rededor de sí pa- ra enseñarles la doctriua cristiana, y darle “sanos y saludables consejos, para que conozcan á Dios y todas las obligaciones á que despues han de cor- responder. Tercera. Hágase esto de una manera sencilla y adaptable á su capacidad. Si ven una imágen de Jesucristo crucificado, decirle: Mira, hijo, esto que ves aqui, esta imágen tan triste que representa 4 un hombre desnudo, clavado de pies y de manos en este madero, muerto y lle- no de heridas, significa y trae 4 la memoria lo que tu Dios ha hecho por tí. Si, hijo mio, así se vió tu Dios para que tú te salvases, ámalo mu- cho. Cuando voya á la Iglesia, lMévelo cerca del Sagrario, y dígale: Hijo mio, ahi dentro de esa puerta está tu Dios hecho hombre, te mira, de- sea entrar en lu corazon para que lo ames mu- AER Peri | A 1

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