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Se “y ra arreglar bien todo el sistema de la vida interior: hágase pues, aunque parezca queno lecompren- den los casos arriba indicados. S 5. Evitar la ociosidad. Huya el que se ha convertido á Dios de un mal que produce por sí mismo infinitos males; tal es el ocio. El ocioso no necesija de mas infierno que Jo tiente que sus pasiones. Por eso 5. Gerónimo en su epistola % daba este gran con- sejo á un amigo suyo: «Ten cuidado de que el demonio cuando te acometa te encuentre siem- pre ocupado: te temeró: no se alreverá contigo.» La cuida de David por la ociosidad, y Jos es- cándalos que con este motivo sucedieron, son un ejemplar formidable que debe servirnos de es- carmiento. .La ruina de Sodoma, y 'demas ciu- dades devoradas por el fuego que cayó del cie= lo, la causó la ociusidad de sus habitadores. Asi lo dice el Espíritu Santo espresamente por el pro- feta Ezequiel (1). Inútil seria haber hecho una (1) “Ezeg. 16. 49.
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