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; 23 cir lo que está en el catecismo. Estas serian u- nas esterioridades incapaces de promover nuestra santificacion. Los padres en sus casas, los curas en sus parroquias, los amos, los tutores, los maestros están obligados á enseñar de esta ma- nera la doctrina de la religion. La iglesia abre sus tesoros para animarlos. Muchos Pontifices, y sobre todos Gregorio XV concede centenares de años de indulgencia, y tambien plenarias al mes, en fayor de los que se ocupan en tan santo ejer- cicio. Ademas, cada cual está obligado á saber aque- llas cosas, sin las cuales no puede cumplir las o- bligaciones de su estado ó empleo. $. 4.0 Frecuencia de sacramentos. Buscado ya el.confesor, y dedicado al cono cimiento de la religion , confiésese y comulgue el cristiano arrepentido á proporcion de sus quehaceres Ó fatigas. Si,no necesita estará jor- nal, y es dueño del tiempo para emplearlo en lo que quiera, confiese una vez en la semana, y aun mas si el confesor lo tiene por convenien=
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