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165 Coloquio con Jesucristo para despues de comulgar. Alma. Jesus mio, ¿qué es esto que pasa por mi? ¿Sois vos, Señor, el que arabais de entrar en mi pecho? ¿Cómo habeis podido trasladaros desde el trono de vuestra gloria á este asquero- so muladar? ¿Como llegar hasta el inmundo co- razon, que tantas veces ha amado la hediondez de los objetos carnales? Si no supiera que erais un Dios de infinita sabiduria, creeria que os ha- biais equivocado. Mas no, no es equivocacion. Vos, Señor, todo lo sabeis, y harta esperiencia teneis de mi bajeza, por mis infidelidades 6 in- gratitudes: harto bien me conoceis, pero sois tan amable, tan cariñoso, que, como si yo 05 importara algo, quereis haceros dueño de mi al- ma. Ya lo entiendo, Señor; no, no resisto. Vues* tra soy. Yo os adoro presente en mi pecho, y 08 Teconozco por mi Dios, mi Padre, mi amor. Ved aqui mi alma, yo la consagro á vos con mis potencias y sentidos, para que sean eternamente vuestras. ¡Bendito seais, mi Dios, por esta visita! ¡Ay Señor! No salgais jamas de mi pecho. Jesucristo. Hija mia, ya me tienes dentro de tí. ¡O y como lo deseaba! Eo, vamos: ven acá