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y 7 y Pa , a $ E e 7. Ñ 0 J ' | cA0 onfianza en la misericordia de Dios y por eso se condenaron. La última parte de la Confesion es la satisfac. cion, esto es, el cumplimiento de las penitencias, y obras buenas impuestasó mendadas por el Con- fesor. Estas penitencias unas son medicinales que se dirijen á curar de raiz ó enteramente nueslros pecados para no volver á caer en ellos, como por ejemplo: no hablar con tal persona, no entrar en tal casa.... Otras satisfactorias, y estas son aquellas obras buenas de rezos y demas que im- ponen los Confesores, para dar á ios una satis- faccion por los pecados cometidos. ,,No basta, dice el P. San Agustin, mudar de vida y dejar el- pecado, sino que ademas se necesita dar á Dios una satisfaccion por medio de gemidos, li- mosnas y Obras buenas (1)'* El euerpo diee San Gerónimo, que se ha entregado á las delicias, debe ser aflijido; la risa dilatada se debe com- pensar con mucho llanto; los delicados lienzos, y las preciosísimas sedas se deben coumutar en ásperos cilicios (2). Instruido ya el penitente en el Sacramento . de la penitencia, solo resta el que observe las (1) Hom. 50. (2) Homil. 27.
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