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AI 7 ! dl 138 : primer lugar Humilde á ejemplo de la Magdale- na arrojada á los pies de Jesucristo, del Pródigo postrado á los pies de su Padre, y del Publi- cano, que no se atrevia 4 levantar los ojos del suelo. 2. Sea sencilla, sin escusar, obscurecer, ni disculpar sus miserias. 3. Sea breve, sin histo- rias ni rodeos inútiles. 4. Sea clara, evitando aquellas palabras y modo de hablar que son equí - vocos, dudosos generales, de los cuales no se pue- de conocer nada cierto 5.Sex entera. manifestan- do todos y cada uno de los pecados graves se- gun los conoce, y están en su conciencia, los cier- tos como ciertos, los dudosos como dudosos, su número, sus especies , sus circunstancias mas notables, ya porque agravan mas al pecado, ya porque lo hacen pertenecer á otras virtudes ofen— didas ó profanadas. El enfermo que no manifiesta el cirujano todas las llagas de su cuerpo no puede sanar. , Todo lo debemos manifestar, dice Orígenes (1); sea cometido con las obras, sea pro- ferido solamente con los lábios Ó esté escondido en el mas secreto rincon de nuestro interior. Confiesa, decia el P. S. Agustin (2), aquellas cosas que te remuerden, descubre especialmente (1) Hom. 5 in: Levit. (2) De visitat. infirmor. e. b.