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126 rubines, los Sérafines, los Patriarcas, los Profe- tas, los Santos todos á quien amasle en esle mun- do, especiolmente tus padres y parientes... Alli verás aquella criatura, Reina de todas, cuya her- mosura y amabilidad te arrebaleba er este mun- do, de modo que cra tu slegria y tu consuelo, ; Verás , digo, á Maria Santisima vuestra dulce Madre que te abraza y te dá el parabien de tu felicidad. Verás la sacrosanta humanidad de aquel Señor-4 cuyo inefable amor le debes tanta dicha. l Verás á Jesucristo, y tendrás el gusto de besar bo sus Megas gloriosisimas. ¡O mil veces dichosos los tiabojos que nos proporcionaa tanta felicidad pa- ra siempre, y mientras Dios sea Dios! Accion de. afectos. O Dios de mi alma! ¿Quién hobrá que no te ame siendo ten generoso con lus amigos? Tú, Señor, das millares de delicias en tu elerno palacio por una pequeña mortificacion sufrida por tu santo omor. ¡O cuando llegará el diaen que oiga aquella dulcísima palabra! aSier- vo bueno y kel..... entra en el gozo de tu Se- ñor.» Propósito. Alma mia, á grandes premios Do se llega sino pasando grandes trabajos: es un er- ror querer ser coronados con los sablos, sin querer padecer con ellos. Desde hoy he de po- Pm ci > e a. NA AAA ALA Pr ei y > PO El RA XA e id