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a los pecadores: ya que de haberlos criado estaba arrepentido: y ya les jura que ha de acabar con ellos con un estraño casti- go. Por ellos maldijo á la tierra. haciendo que en lugar de buenos frutos produjese abrojos, espinas y malezas al mismo que la cultivase: por ellos hizo llover fuego del cielo sobre las ciudades nefandas: y por ellos envió el diluvio universal para ruina de todos. A unos los ahoga entre las aguas del mar Bermejo, y á.otros los hace mo- rir infelizmente en los desiertos de Egipto. Unas veces se vale de las serpientes, de los osos y de los animales inmundos para castigarlos: otras del mismo sustento con que se alimentan para sofocarlos: y no po- cas de ellos propios para que se destruyan los unos á los otros. Aun los santos ánge- les que señaló para custodia de los hom- bres, han sido mas de una vez el instru- menta, de sus iras, contra ellos, haciendo ya que diesen muerle en breves instantes á todos los primogénitos de Egipto; ya que