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a a” e ejus, et aperiet, et non erit qui claudat: et claudet, et non erit; qui aperiat. Isa. 22. 22. Considera, alma, el gran poder de nues- tro Señor Jesucristo con que aparecerá en el último y- universal juicio, por la suma mansedumbre con que llevó la cruz sobre sus hombros. PUNTO 1. Considera que el gran poder del Señor en aquel formidable juicio se hará ver en la absoluta potestad de juzgar á todos, y en la fuerza, y estabilidad de su irrevoca- ble sentencia. Sabido es que el eterno Pa- dre desde el instante en que se humanó su santísimo Hijo le cedió todo el derecho y autoridad para juzgar á los hombres. Lle- gará aquel tremendo dia, y al imperio de su voz, mejor que con la de Ezequiel en otro tiempo, se levantarán los muertos, y en los mismos cuerpos que tuvieron resu- citarán á nueva vida: el mar, la tierra y el abismo entregarán los que tuvieren: ba- 5

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