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—38— nuestro Señor Jesucristo, que abrazándose con la cruz, se ofreció despues en ella á su eter- no Padre en agradable sacrificio, para con esta sola oblacion consumar la justicia de cuantos habian de ser santificados. De esta se deriva la virtud que tienen Jos santos sacramentos para perdonarnos las culpas, y borrar totalmente del alma sus reliquias: la eficacia de la gracia para santificarnos, res- tituirnos á la felicidad de bijos de Dios, y hacernos herederos de su gloria: y todo el fervor y esfuerzo que se nos da para prac- ticar las virtudes, y resistir sus tentaciones hasta llegar á vencerlas. ¡Oh gran poder de Jesucristo! ¡Oh efica- cia de su cruz contra tan horrible móns- truol Este, que tan poderoso fué en el cie- lo contra los ángeles apóstatas, en el pa- raiso contra nuestros primeros padres para privarlos de su original justicia, y contra toda su posteridad en la sucesion de los si- glos; que cerróilas puertas de la gloria pa- ra los mortales, preparó el infierno para los 3