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—129— en adelante. Seré un juez severo de mis acciones para examinarlas, y un fiscal el mas rígido para notar sus faltas y corre- girlas, con el fin de no agraviar mas á un Dios á quien tanto debo, y á cuya inmensa justicia por mi solo no puedo satisfacer en tiempo alguno, AFECTOS. Ah Señor: cuanto mejor me fuera no ha- ber nacido que haber pecado! ¿Qué os daré, Jesus mio, porque me habeis tan costosa» mente redimido, tan liberalmente perdonado, y con tanta misericordia favorecido? Dadme, oh adorable Salvador mio, dadme que guste el cáliz de vuestras penas y lleve con vos la cruz que vos llevais por mi causa. ¡Oh si yo fuese digno de padecer por vos, lo que vos padeceis por mí! Meditese esto un rato, y digase luego la ora- cion Admirable Jesus mio, fólio 20, y con- cluida se leerá la siguiente ORACION PARA ESTE DIA. Poderosísimo Jesus. mio, que para ostentar 9