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—108— que lo ocupasen; y fué la misteriosa va- rita de humo, que en el fuego de su fer- viente caridad, se formaba de los mas pre- ciosos aromas de sus estupendas. virtudes, para que traidos del buen olor de sus ejem- plos, corriesen en seguimiento de él todos los santos. ¡Qué poder tan admirable! PUNTO UH. Considera la ardentísima caridad, que nuestro Señor Jesucristo manifestó á los jus- tos en llevar por- ellos la pesada cruz, y los maravillosos efectos que produjo en es- los. para que le 'imitasen. Fueron los esco- gidos aquella selecta porcion que con espe- cial encargo le encomendó su Eterno Padre cuando lo envió á redimirlos: fueron aque- llos de quienes lo constituyó cabeza; y fue- ron los que trató siempre como amigos, y distinguió con el nombre ternísimo de her- manos. Por. ellos apresura su venida; á ellos. se manifiesta cuando nace, y de ellos se deja tratar y conocer mientras que vi-