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—106— no Padre: vistióse de nuestra pasible car- ne; y habiendo cumplido con todos los ofi- cios de médico, preceptor, rey, pastor y pa- dre de justos y pecadores, y los de media- nero abogado y redentor de lodos, se en tregó por su propia voluntad á-los tormen- tos y á la muerte, para que líbres del te- mor de nuestros enemigos. le sirviésemos en santidad y justicia todos los dias de nues- fra vida, y formase para sí una porcion esco- gida, una gentesanta y un pueblo de ad- quisicion, que fiel observador de las bue- nas obras, anunciase el universo con su prác- tica las virtudes de aquel que los sacó de las tinieblas y los llamó á la adwirable luz de su conocimiento, de su enseñanza y de su fiel imitacion. Aquel místico cordero, que segun la espresion del apocalipsis, fué des- de ¡el principio del mundo sacrificado, y muerto en sus escogidos como cabeza de to- dos, quiso tomar por si propio la cruz en que babia de ofrecerse á su eterno Padre para con ella cumplir los oráculos que. él