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118 bien aqui, con el Padre Sag Pedro Damiano , este rar asombro, de que un hombre mortal, y terreno, haga oficio de Maestro con el que soló habita la luz inacesible de la Divinidad, y que vino 3 mo. sotros como luz verdadera, para ilaminar a todo hombre que nace en este mundo. Pas. mense los Cielos , conmueva se la tierra, y admirense los Angeles de tan extraña mara y ía: y engrandezca toda crid. tura a su Criador, por digna! cion tan nunca vista, II. Aqui, 0 christiano, se rá bien, que reflexiones so bre las varias obligaciones en que y