BCCPAM000313-2-05000000000000

AO 2 A RC ey 2% 9) pitosamente los cántaros, chocando unos con otros y aparecieron siniestros resplandores en medio de la oscuridad de la noche. Tan amedrentados quedaron los madianitas con aquella inesperada aparición, que emprendieron luego la fuga, confusos y desorde nados é hiriéndose los unos á los otros. Gedeón a- provechó tan desastrosa retirada para hacer en los fugitivos una horrible carnicería. 59. Jefté, Volvieron los israelitas á adorar los ídolos, y tornaron en castigo á ser subyugados por los pueblos circunvecinos. Los ancianos del pueblo eligieron por su libertador á Jefté. Antes de marcharse este Juez á combatir con los amonitas, hizo al Señor voto de ofre- cerle en sacrificio, si regresaba vencedor, el primero que saliera de su casa á recibirle. Derrotó, en efecto, á los amonitas, y les destruyó hasta veinte ciudades : mas cuando volvía triunfante á su casa, salió á re- cibirle, muy regocijada, su hija única, acompañada de mucha gente con fiestas y algazara. Al verla su f padre quedó consternado acordándose de su pro- É mesa. Enterada la hija del motivo de su aflicción, E exhortóle generosamente á que lo cumpliera. Muchos suelen ser demasiado fáciles en hacer votos al Señor, sin mirar ni á la índole del voto ni á las facultades del que lo hace; de ahí, que luego se arrepientan de lo que tan ligeramente prometieron. 60. Sansón. Nuevos pecados atrajeron nuevas desgracias so- bre los israelitas, dominados esta vez por la tiranía de los filisteos en castigo de haber abandonado á Dios. Pero el Señor, rico en bondad y misericordia, envió para salvarles á Sansón, célebre por su valor y fuerzas extraordinarias; pues á la edad de dieci- ocho años despedazaba á los leones como si fueran

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz