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ó cts o IR dia por intercesión de Moisés. Entonces ordenó Dios á su siervo que colocara á la vista del pueblo una ser- piente de bronce, y cuantos la miraban, quedaban al punto curados de las mordeduras de aquellos rep. tiles. 54. La profecía de Balaán. Asustado Balac, rey de los moabitas, por las vic- torias de los hijos de Jacob, instó á Balaán, adivino, para que les atajara en su marcha á fuerza de con- juros y de maldiciones. Mas apareciendo el Señor por la noche á Balaán, le dijo : « No vayas con los mensa- jeros de Balac á maldecir á los israelitas, que son mi pueblo bendito. » A pesar de esta prohibición, se- ducido el adivino por la recompensa que se le había ofrecido, montó en su borrica y se encaminó á la tie- rra de Moab; pero llegando á un sitio estrecho, paróse bruscamente la borrica, y por más palos que la propinó Balaán, no logró obligarla á dar un solo paso; antes, mirándole el animal fijamente, se le quejó de esta manera : «¿Qué te he hecho yo para que me trates tan duramente ?» Al mismo tiempo vió Ba- laán delante de sí á un ángel con la espada desenvai- nada, y sobrecogido de temor, confesó su falta y pro- metió volverse. El ángel le dijo : « Vé con los mensa- jeros de Balac; pero guárdate de hablar otra cosa de lo que yo te ordenare. » Subió Balaán en compañía del rey á la cima de una montaña, desde donde se descubría todo el cam- pamento de Israel, é inspirado por el Señor, en vez de maldiciones, profirió bendiciones para el pueblo hebreo, terminando su profecía con estas memorables palabras : «Una estrella saldrá de Jacob, y surgirá de Israel un cetro, que herirá á los caudillos de Mo :b, y destruirá á todos los hijos de Set; de Jacob venurá el queha de dominar y destruir las reliquias de la ciudad.»
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