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- 57 acerques acá sin primero descalzarte, porque la tie- rra que pisas es santa. Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob ; he visto la tribulación que alli- ge á mi pueblo, quiero libertarle por tu medio de la esclavitud y trasladarle á una tierra espaciosa que E po El Señor se aparece á Moisés entre la zarza. mana leche y miel. » Sobrecogido Moisés de espanto, y cubriéndose el rostro con la mano, respondió : « ¿Quién soy yo, Señor, para presentarme al rey y obligarle á dar la libertad á mis hermanos ? ¿Y qué títulos poseo para acreditarme diputado vuestro ante mis paisanos ? » 37. La vara de Moisés. Viendo, pues, Dios que Moisés se resistía á com- placerle, « ¿qué: llevas en la mano?» le preguntó. «Una vara, » respondió Moisés. — « Arrójala al suelo. » Arrojóla, y al punto se convirtió en serpiente. - «Cógela ahora por la cola. » Tomóla, y la serpiente

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