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Al oir tan inesperada noticia, parecíale á Jacob des. pertar de un profundo letargo, y exclamó alboroza- do: « ¡Oh ! Bástame que viva mi hijo José ; iré y le veré antes de morir. » Sesenta y siete personas ocu- paron entonces los carros remitidos por Faraón, y José abraza á su padre Jacob, se trasladaron á Egipto. Así que hubo José divisado á su padre, corrió á su encuentro, se arrojó á su cue- llo y le besó, deshecho en lágrimas. « Moriré ya con- tento, exclamaba Jacob, porque he vuelto á ver tu rostro 31. Muerte de Jacob. Faraón señaló á Rameses, la región más fértil de Egipto, para residencia de la familia de Jacob. El patriarca vivió aún diez y siete años; y poco antes de morir, le presentó José sus dos hijos para que los bendijera, colocando á su primogénito Manasés á la derecha de Jacob, y á Efraín á su izquierda. El