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> e E O a $ : k PP > A me ac A ; 3 2 terrible que iba á sucederle. Sus hermanos, apenas le divisaron en lontananza, se dijeron entre sí : « Mirad, hacia aquí viene el soñador; matémosle, y digamos que una bestia feroz le ha devorado, y entonces se verá de qué le aprovechan sus sueños. No hagáis eso, contestó Rubén; no derraméis la sangre de vuestro hermano, contentaos con echarle en una cis- terna. » Esto lo decía con el fin de sacarle de ella cuan- do se retirasen sus hermanos, y restituirlo á su padre, Pareció bien á todos el consejo: y apenas | egó José, le despojaron de sus vestidos,y le metieron en lacisterna, Mientras estaban comiendo, pasaron por allí unos comerciantes ismaclitas que se dirigían á Egipto; y sacando á José de la cisterna, se le vendieron como esclavo por veinte siclos de plata. Los ismaelitas le condujeron á Egipto. Cuando Rubén volvió á la cisterna y no halló en ella á José, rasgó sus vestiduras, traspasado de dolor. Los otros z hermanos hicieron poco caso de sus angustias ; ma- | taron un cabrito, tiñeron en su sangre la túnica de José y se la enviaron á su padre, diciendo : « Hemos * encontrado esa túnica : examínala si es ó no la de tu é hijo. » El padre, reconociéndola al momento, excla-* mó : «Sí, es la túnica de mi hijo. ¡Oh ! Una bestia fe-* roz habrá seguramente devorado á mi José. » Rasgó * sus vestiduras en señal de aflicción ; y vistiéndose ' de cilicio, le lloró por mucho tiempo. DI PENA AED ERAN LRD A 24. Castidad de José. Los mercaderes ismaelitas, una vez llegados á Egipto, vendieron su esclavo á Putifar, capitán de las guardias de Faraón. José con sus virtudes y afable! trato se granjeó bien pronto la confianza de su amo, y con tal habilidad é inteligencia desempeñó los ne-; gocios á él encomendados, como superintendente de a casa, que en poco tiempo logró multiplicar la ha-

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