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er E E Pc contraban con él, manifestándole que era un presente enviado por su hermano Jacob, quien muy luego ha- bía de presentarse en persona. Estando Jacob solo en su tienda, llegóse á él un personaje, y emprendió con el hijo menor de Isaac una lucha cuerpo á cuerpo hasta rayar el alba; y viendo el desconocido que no lograba vencerle, le tocó en el tendón de un muslo, y se lo secó. Comprendió Jacob que aquel era un án- gel del Señor, y pidióle su bendición. El ángel, des- pués de cambiarle el nombre de Jacob por el de Ís- rael, le bendijo, y desapareció. Cuando estuvo cerca Esaú, adelantóse Jacob, y se postró siete veces en tierra, haciéndole profunda re- verencia. Esaú corrió al encuentro de su hermano, le; abrazó y besó con mucha ternura, y echó á llorar. Ale- gróse mucho de ver á los hijos de Jacob y su nume- rosa comitiva de criados y rebaños, y aunque se re- sistió cuanto pudo á recibir los regalos que su herma- no le ofreciera, vencido al fin por los incesantes rue- gos de Jacob, los aceptó. Así quedaron reconciliados aquellos dos hermanos. Esaú volvió á Seir, y Jacob llegó á Socot. M s tarde murió Isaac á la edad de 180 años, y diéronle sepultura sus dos hijos Esaú y Jacob. ICRA IA 23. Los sueños de José. PSP De los doce hijos que tenía Jacob, José era el más ' tiernamente amado. Era niño sumamente candoroso, ' y vestía una túnica bordada de varios colores, que! su padre le había regalado, La envidia consumía á. sus hermanos al verle preferido en el cariño paternal, ' y tanto más se acrecentaban sus odios cuanto más fi-| nas pruebas de afecto recibía, hasta el punto de no: poder ya conversar con él sin manifestarle su resen-' timiento. Siendo José de dieciséis años, acusó á su padre un delito enorme que vió cometer á sus hermanos! j E

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