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la tradición, ha sido con objeto de completar ó escla recer la narración de la Biblia. ¡Cuánto alegra el espíritu cristiano considerar el incremento asombroso que ha adquirido la Iglesia de Cristo, siglo por siglo, á pesar de la persecución constante con que han venido molestándola desde los primeros días de su fundación sus feroces adversarios ! ¡Y cuán dura lección no debe ser para éstos el que, no obstante las vicisitudes y peligros por los que ha atravesado la Iglesia, el laurel de la victoria final haya estado reservado siempre para ella ! Pues aun que no tuviera á su favor la promesa de su divino Fundador, de que había de estar con ella hasta la consumación de los siglos, gran argumento serían para prometerse éxito seguro en lo porvenir los triun- fos obtenidos en lo pasado. La Iglesia de Cristo es obra de Dios ; como obra divina, cumplirá fielmente con la misión por Dios á ella encomendada, y permanecerá sobre la tierra, mientras hombres mo1tales la habiten. Si fuera obra puramente humana, ha tiempo que los mismos hom- bres se hubieran encargado de destruirla. FIN DEL BREVE RESUMEN.

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