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A z a As AA AU — 2% ciendo de la unidad de persona en Jesucristo unidad también de naturaleza. De suerte que después de la Encarnación la naturaleza humana fué absorbida por la divina, ó ambas se compenetraron tan perfecta- mente, que de su unión estrechísima resultó la única naturaleza de Jesucristo. Depuesto Eutiques por Flaviano, obispo de Constantinopla, á causa de su contumacia en el error fué tal la soberbia del heresiarca, que, sirviéndose de su amigo Crisafo, gran favorito del emperador Teo- dosio, logró que se reuniera en Éfeso un concilio, al cual se le conoce con el nombre de Latrocinio de Éfeso, á causa de las violencias y arbitrariedades em- pleadas por los obispos herejes contra los católicos. Flaviano murió á los pocos días, víctima de los malos tratos que recibió de aquellos. Cuando el papa León 1 se enteró de estos escán- dalos, anuló las disposiciones del citado concilio, y condenó á Dióscoro, obispo de Alejandría, que lo había presidi o. Luego, de acuerdo con el emperador, reunió en Calcedonia un concilio general el año 451, al que acudieron cerca de 600 obispo:. En él se leyó la carta del Papa al patriarca Flaviano referente á la doctrina de Eutiques, y terminada la lectura, excla- maron los obispos unánimemente : « Pedro ha habla- do por boca de León : esa es la fe de los apóstolesy la nuestra. » En su consecuencia condenóse la doctri- na eutiquiana, y se reprobaron los sucesos acaecidos en el Latrocinio de Éfeso, y quedó al propio tiempo definido que en Jesucristo hay dos naturalezas dis- tintas, unidas en una sola persona divina, que es la segunda de la Beatísima Trinidad ; de suerte que Je- sucristo es verdadero Dios y verdadero hombre, se- mejante á nosotros en todo, menos en el pecado, consubstancial al Padre según la divinidad, y con- substancial á nosotros según la humanidad.
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