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— 293 mente la doctrina de Arrio y sus secuaces, la que, de solo oirla leer, llenó de horror á los obispos. Des- pués de maduro examen el concilio condenó la doe- trina arriana, como opuesta á la creencia constante y universal de la Iglesia. Redactóse luego una pro- fesión de fe, definiendo, en conformidad con las San- tas Escrituras y con la tradición, que el Verbo es Dios, consubstancial al Padre é igual á éste en la na- turaleza y perfecciones divinas. Esta profesión de fe es conocida con el nombre de Simbolo de la fe, y es el mismo Símbolo de. los apóstoles, aclarado. La Iglesia suele rezarlo en la misa. 18. Macedonianismo. Macedonio, patriarca de Constantinopla, fué el padre de esta herejía. En ella se niega la divinidad del Espiritu Santo y su consubstancialidad con el Padre y el Hijo, en lo cual estaban conformes todos los macedonianos ; pero discrepaban en la idea que se formaron de ese divino Espíritu, pues mientras unos aseguraban que era la divinidad del Padre y del Hijo, otros lo creían una virtud divina, y hubo quie- nes le tuvieron por simple criatura, si bien de un orden superior. ara atajar los daños que hacía en las almas este pernicio:í-imo error, se convocó un concilio general en Constantinopla el año 381. Se reunieron 150 obis- pos católicos, además de 36 macedonianos, los cuales después de manifestar que, entre el símbolo de Nicea y la doctrina de Arrio, se decidían por la doctrina de Arrio, sa:ieron del Concilio y de Constantinopla. En este conciiio se condenó la doctrina de los macedonianos, y se confirmó el símbolo de Nicea, añadiéndole algunas palabras para explicar la doc- trina católica, principalmente en lo que se refiere á la divinidad del Espíritu Santo.

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