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licio con el rostro tranquilo, dirigiendo sus mirada: al cielo en fervorosa oración. No dejaban de admirar al tirano la paciencia y la fortaleza del mártir; pero tomando ya el triunfo de Vicente como cuestión de honor, dispuso que lo llevasen á la cárcel, pues necesitaba meditar sobre los tormentos que debían aplicársele para vencer su constancia. Mas ¡oh prodigio ! en la noche siguiente un resplandor celestigl llenaba la estancia del mártir. ¿Qué era ? Los ángeles habían bajado á la cárcel para consolar al siervo de Dios. El carcelero, testigo de esta maravilla, se convirtió á la fe y solicitó allí mismo la gracia del bautismo. Cuando lo supo Daciano, lloró de rabia ; y con- siderando que atormentar de nuevo al preso contri- buiría á aumentar á la vez el esplendor del triunfo de éste y la infamia de su propia derrota, cambió bruscamente de táctica. Hizo colocar al santo en una blanda cama, rodeado de médicos y de remedios ; pero aquella bienaventurada alma, que no se había separado del cuerpo con las violencias de los tormen- tos, no pudo sufrir la molicie de un blando lecho, y separándose del cuerpo de Vicente, fué á reunirse con Jesucristo, 15. Triunío del cristianismo, bajo Constantino. En el año 306 muerto Constancio Cloro, suce- dióle su hijo Constantino en el gobierno de las Galias, España é Inglaterra por disposición de su padre y voluntad del ejército. Majencio, so pretexto de ven- gar la muerte de su padre Maximiano, mas con el propósito verdadero de despojar á Constantino de sus estados, declaróle la guerra ; y viendo Constantino cuán menores eran sus fuerzas comparadas con las de Majencio, y considerando á la vez la mala suerte de aquellos príncipes que pusieron su confianza en 10 1005

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