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los cristianos gracias al siguiente milagro obrado por Dios en atención á las oraciones de sus siervos : Ha- llándose este emperador en guerra con los marcoma- nos y cuados, pueblos bárbaros y errantes de la Ger- mania, vióse de improviso cercado por ellos en un estrecho desfiladero, en lo que hoy es Condado de Honthen en Hungría, donde el ejército, falto de agua, veíase en la alternativa de morir de sed ó caer en manos del enemigo. En tan apurado trance los solda- dos de la legión Melitina, cristianos en su mayor parte, postrados de hinojos, acudieron á Jesucristo con fe viva y firme esperanza. Dios escuchó las súp icas de los cristiano. De repente aparece el cielo cubierto de negras nubes, que deshaciéndose en benéfica lluvia para los romanos, se convierten para los bárbaros en horroroso pedrisco, acompañado de truenos y rayos, que desordena y dispersa las legiones enemigas. Desde entonces se dió el nombre de Fulminante á la legión Me'itina. Reconociendo Marco Aurelio que la salvación del ejército romano era debida á las oraciones de los cri,tianos, dejó de perseguirlos, y prohibió que fueran molestados en lo sucesivo bajo pretexto de religión, 9. Quinta persecución, bajo Septimio Severo. (Año 197.) Por desgracia no duró largo tiempo la tranquili- dad que los cristianos disfrutaron en los comienzos del reinado del emperador Septimio Severo. Sin em- bargo, la persecución no se hizo general ha ta el año 202, cuando, ofendido lospaganos po-que los «1istia- no evitaban á todo trance a-istir á sus juegos y es- pectáculos abominables durante las fiestas celebradas en Roma paa conmemorar el triunfo de Severo con- tra los Parthos, les acusaron ante el empe ado: de muy giaves calumnias, las cuales movieron á Se-

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