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Durante esta persecución sufrieron el martirio; en Roma, los apóstoles Pedro y Pablo y sus carceleros Proceso y Martiniano con cuarenta y siete solda- dos ; en Milán, Nazario y Celso, Gervasio y Protasio; además de otros muchísimos en diversas partes del imperio. 6. Segunda persecución, bajo Domiciano. (Año 43.) Domiciano se mostró muy indulgente en los pri- meros años de su reinado, pareciéndose á su hermano Tito en la clemencia y bondad de su carácter ; pero al fin acabó por seguir las huellas de Nerón, resuci- tando los crueles edictos de este pérfido tirano contra los cristianos. Perecieron en esta persecución, además de otros muchos, el cónsul Flavio Clemente, primo de Do- miciano, y Acilio Glabrión, excónsul, varones muy respetados pertenecientes á las familias más ilustres de Roma. Juan Evangelista fué, por orden del empe- rador, metido en una tinaja de aceite hirviendo; y habiendo salido ileso de ella, condenáronle á trabajos forzados en la isla de Patmos. Allí escribió el Apoca- lipsis, libro misterioso en que se anuncia en lenguaje simbólico la ruina del paganismo y la victoria de la Iglesia. Domiciano llegó á ser tan odiado del pueblo, que murió asesinado por sus mismos familiares; sus estatuas de oro y de plata fueron derribadas, y su nombre raído de las lápidas. 7. Tercera persecución, bajo Trajano. (Año 116.) La tercera persecución la suscitó Trajano, espa- ñol. Viendo el pueblo y los magistrados cuán aficio- nado era Trajano al culto de los dioses y cuánta envi-