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Di < A sa 2nviar el tomá Pedro la pa augusta asamblea, manifestar que Dios no hacia distinción entre judios y gentiles, cuando lo mismo á unos como a otros en- viaba su Sante Espiritu; y que siendo cierto que ln esperanza y la salud de los hombres se cifraban inicamente en la gracia de Jesucristo, se hacia inú- til la ley de Moisés. Ási pues, Pablo y Bernabé llevaron a los fieles de Antioquia esta célebre respuesta de los apóstoles : «Ha parecido hien al Espiritu Santo y á nosotros ne imponeros semejante obligación. » como presidente de 75 Segundo viaje apostólico de Pablo. El año 53 de nuestra era el incansable apóstol Pablo emprendió un segundo viaje en compañia de Silas, y después de recorrer Siria y las principales ciu- dades del Asia Menor, predicando con gran fruto en todas partes, avisado por Dios en una singular visión, se dirigió á Macedonia. En Filipos fueron molestados por varios dias por una joven poseida del espiritu maligno, la cual solía ir tras ellos exclamando en alta voz: « Estos hombres son siervos del Dios altísimo, y han venido ienseñaros el camino de la salvación. » Pablo ordenó áSatanás que abandonase el cuerpo de la joven; pero enfurecidos los amos de ésta por verse ya privados de las ganancias que la joven les rendía con sus adivina- ciones, los delataron ante los tribunales, diciendo: +Estos judíos tienen alborotada la ciudad, por ense- 9 4005 cad Le PA => y

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