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do. A la vista de este milagro muchos habitantes de Lida y Sarona abrazaron la fe de Cristo. Estando Pedro en la ciudad de Lida, moría en Jope Tabita, señora virtuosa y devota discípula de los apóstoles, cuyas limosnas y demás obras de cari- dad la hicieron ser muy estimada de aquellas gentes. Mientras su cadáver estaba expuesto en una sala de su casa, dos fieles fueron precipitadamente á Lida, yrogaron á Pedro que sin pérdida de tiempo les acom- vañara á Jope. Cuando entraron en la casa mortuo- ria, Pedro suplicó á los circunstantes que le dejaran solo con el cadáver ; híncase luego de rodillas, ora al Señor y, dirigiéndose al cuerpó de la difunta, dice: ¡Tabita, levántate ! » y la señora se levantó rebo- sando vida y salud. 64. Pedro da el bautismo al centurión Cornelio. El primero que recibió el bautismo entre los gen- tiles, fué un devoto centurión, llamado Cornelio, ha- hitante en Cesarea de Palestina, hombre piadoso y li- mosnero, cuya conversión dió comienzo á una nueva era en la historia de la naciente Iglesia. Hallándose wn día en oración, díjole el ángel del Señor : « Corne- lio, tus oraciones y limosnas han llegado hasta el aca- tamiento de Dios; vé á buscar á un tal Pedro en la dudad de Jope, y él te enseñará lo que debes hacer para salvarte. » Cornelio envió en su busca á un de- voto soldado con dos criados. Hasta la conversión del centurión Cornelio, los apóstoles no:enseñaban la doctrina de Jesucristo sino los judíos ; mas el príncipe de los apóstoles comen- 164 anunciarla también á los gentiles, desde que sus ojos fueron testigos de la visión que vamos á referir. Hallándose en oración, fué acometido súbitamente de un hambre extraordinaria, y, arrebatado en éxtasis, vió descender del cielo algo como mantel inmenso,
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