BCCPAM000313-2-05000000000000

enseñas el camino de la salvación sin reparar en peli- gros. Desvanece, te rogamos, esta duda nuestra : ¿Debemos pagar el tributo al César, ó no ? Cono- ciendo Jesús la torcida intención con que le hacían aquella pregunta, les dijo : « ¿Por qué ven s á tentar- me, hipócritas ? Puesto que deseáis saber mi opinión, voy á manifestárosla. ¿Tenéis aquí alguna moneda de las que empleáis para pagar el tributo ? Aquí hay un denario, » le contestaron. Y tomándolo, pre- guntó Jesús: « ¿C:.yas son la figura é inscripción de la moneda ? » — « Del César, » le respondieron. — Y añadió Jesús: «Pues dad al César lo que es del Cé- sar, y á Dios lo que es de Dios. » 26. Trasfiguración de Jesucristo. Acompañado de Pedro, Juan y Santiago, subió Jesús al monte Tabor á orar. Durante la oración apa- reció súbitamente trasfigurado; su rostro despedía resplandores á manera de sol, sus vestiduras eran blancas como la nieve, y conversaba con dos personas de aire majestuoso : eran Moisés y Elías, Entusiasma- do Pedro de ver á su Maestro tan glorificado, dijo : «Señor, bien estamos aquí ; si te parece, haremos tres tabernáculos, un » para ti y los otros dos para Moisés y Elías. » Aún no había terminado de hablar, cuando una nube luminosa coronó súbitamente las alturas del Tabor, y del seno de aquella salió una voz, que decía : «Este es el hijo de mis complacencias, escuchadle. » Tal espanto causó en los discípulos esta voz, que die- ron con el rostro en tierra; mas Jesús, tomándoles suavemente de la mano, les hizo levantar, y prohibió- les decir nada de cuanto habían visto. 27. Jesús da vista á un ciego de nacimiento. Un sábado, dirigiéndose Jesús al templo, halló en el camino á un ciego de nacimiento. Los discípu-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz