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195 gajas que caían de la mesa del rico, si alguien se las hubiera dado. Llegó á morir el pobre, y su alma fué llevada por los ángeles al seno de Abraham ; murió á su vez el rico, y fué sepultado en los infiernos. » En medio de sus horribles tormentos, viendo éste á lo lejos á Abraham y á Lázaro, gritó con voz compungida : « Por compasión, padre mío Abraham, envía á Lázaro para que, mojando su dedo en el agua, me refresque la lengua, pues estoy cruelmente ator- mentado en estas llamas. » — « Hijo mío, respondió El pobre Lázaro á la puerta del hombre rico. Abraham, tú fuiste colmado de bienes en la tierra, y Lázaro vivió cercado de aflicciones ; por eso le toca ahora ser bienaventurado,y á ti ser afligido. Además, ¿cómo puede Lázaro complacerte, si media entre ti y nosotros un abismo insondable, imposible de fran- quear ? » — «Por lo menos, añadió el rico, envíale á casa de mi padre para amonestar á mis cinco her- manos, á fin de que eviten á todo trance el caer en este lugar de infortunio.» — Abraham replicó : « Ya tienen á Moisés y á los profetas, óiganlos. » — El rico prosi-

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