BCCPAM000313-2-05000000000000

— 19 — «La palabra de Dios, proseguía Jesús, es la se- milla sembrada en los corazones de los hombres ; en unos el diablo roba y hace infructuosa esa divina pa- labra, en otros las tentaciones y la demasiada ambi- ción de las riquezas y honores estorban que produzca frutos sazonados de virtudes cristianas; éstas sola- mente las practican los que escuchan y á la vez man- tienen en sus corazones la palabra de Dios. » LA CIZAÑA Y EL TRIGO. — « El reino de los cielos se parece á un vasto campo, donde los labradores han sembrado escogido trigo; y mientras ellos dormían, el enemigo esparció la cizaña. Cuando creció el trigo, creció también la cizaña, y los criados propusieron al amo arrancarla. «No la arranquéis, dijo el amo, no sea que juntamente con ella llevéis también el tri- go. Esperemos hasta el completo desarrollo de ambos, y cuando llegue el día de la siega, separaréis el trigo para guardarlo en el granero, y las gavillas de cizaña las echaréis al fuego. » « Los hijos de Dios son el trigo. Jesús es quien lo siembra, el demonio esparce la cizaña y ésta la repre- sentan los hombres malos y perversos ; la siega es el fin del mundo, y los ángeles los segadores, á quienes enviará el Señor para que separen á los justos de los pecadores. Estos serán echados al horno de fuego ar- doroso, donde hay llanto y crujir de dientes ; y aque- llos serán conducidos al reino del Padre celestial, don- de brillarán como el sol en perpetuas eternidades. » EL HIJO PRÓDIGO. — La parábola del hijo pró- digo es acaso la más conmovedora de todas las que refirió Jesús á los judíos para ponerles de manifiesto la infinita bondad de Dios con los pecadores arrepen- tidos. « Un hombre, decía, tenía dos hijos, y el menor se presentó á su padre, diciendo : « Padre mío, dame va parte de herencia que me corresponde. » El padre

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz