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cc El segundo día dividió las aguas unas de las o- tras, y formó el firmamento, ó sea, esa grande exten- sión que separa á la tierra de la región de las nubes y de la de los astros. Al firmamento llamó también cielo. El día tercero reunió las aguas que estaban de- bajo del firmamento en un gran depósito ó mar. A la parte seca puso el nombre de tierra, y la ordenó que produjera yerbas, árboles y plantas de todas especies. El cuarto día formó el sol, la luna y las estrellas, y los colocó sobre el firmamento, para que alumbra- sen la tierra y separasen la noche del día y señalasen las diversas estaciones, los años y los días. En el día quinto ordenó Dios á las aguas que produjeran los peces y demás animales que en ellas se mueven, más las aves que vuelan por el aire. En el sexto día ordenó á la tierra que produjera animales domésticos, reptiles y bestias silvestres, y por fin dijo : Hagamos al hombre á imagen y semejanza nuestra. Al efecto, del lodo de la tierra formó un cuerpo, é inspiróle en el rostro un soplo de vida, que es el alma racional, y en el instante mismo quedó he- cho el hombre, al cual llamamos Adam, es decir, formado de la tierra. Vió el Señor que todas las cosas habían salido perfectas y acabadas, y el día séptimo cesó de crear, por lo cual lo bendijo y lo santificó. Muchos sabios se inclinan á creer que estos días de la crea - ción significan en la Sagrada Escritura períodos de tiempo in - determinado ; mas gran número de Santos Padres y otros es- critores, especialmente de la antigijedad, creen que equivalen á días naturales. Lo cierto es que Dios pudo formar el universo en un solo instante. 2. Los Angeles. No se sabe cuándo fueron creados los Angeles; pero según opinión muy racional, su creación no es

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