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— IA — Durante el banquete faltó vino para los convidados, y notándolo la Madre de Jesús, dijo disimuladamente á éste : « No tienen vino. » El Hijo respondió : « Mu- jer, ¿qué nos va en ello á mí y á ti ? Aún no ha llega- do mi hora. » Su Madre aconsejó á los criados que hi- cieran cuanto Jesús les ordenase. Mandó Jesús llenar de agua seis vasijas de barro que había allí para las purificaciones de los judíos, en cada una de las cuales cabían dos ó tres cántaras, y cuando las llenaron hasta arriba, dijo Jesús : « Llevad ahora el contenido para que lo pruebe el mayordomo.» Ignoraba éste el cambio maravilloso del agua en vino, obrado por Jesús, y asi que bebió, dijo al novio : «En los ban- quetes se acostumbra dar al principio buen vino, y cuando los convidados han bebido lo bastante, se suele repartir un vino más flojo ; tú, por el contrario, has reservado para lo último el vino bueno. » Este fué el primer milagro que hizo Jesucristo, y contribuyó poderosamente á arraigar la fe en sus discípulos. 15. Jesús lanza del templo á los que lo profanan. Entrando Jesús cierto día en el templo de Jeru- salén, encontró invadido el atrio por una multitud de mercaderes, que compraban y vendían bueyes, ovejas y palomas, é indignado grandemente al ver profanada la casa de Dios, cogió un látigo, y expulsó del templo á latigazos á los mercaderes, derribando al suelo las mesas de los cambistas. « No está bien, decía, que convirtáis la casa de mi Padre en un lugar de tráfico. » Tenía Jesús tan trasfigurado el rostro, que ninguno de cuantos ponían en él su mirada, osaba oponerse á sus órdenes. Por fin, consiguió dejar el templo limpio de aquellos profanos. Algunos se atrevieron á preguntarle : « ¿Qué pruebas presentas para que creamos en tu misión 2»

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