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asimismo de la estirpe de Aarón. Ambos eran justos y temerosos de Dios ; mas de edad ya muy avanzada perdieron enteramente la esperanza de tener hijos, á pesar de haberlo pedido fervorosamente al Señor. Estando Zacarías en el Templo de Jerusalén ejerciendo las funciones sacerdotales, y todo el pue. blo en oración, vió con asombro junto á sí al ángel de Dios, que le decía : « Zacarías, tus plegarias han sido despachadas favorablemente, é Isabel, tu mujer, dar á luz un hijo, á quien llamarás Juan, cuyo nacimiento será motivo de regocijo para muchos, porque prepa- rará los caminos del Señor y convertirá una gran par- te de los hijos de Israel. » — « ¿Cómo ha de ser eso preguntó Zacarías, siendo yo tan viejo, y mi mujer de edad tan avanzada ?» El ángel contestó : « Yo soy Gabriel, enviado por Dios á traerte esta buena núeva ; pero porque no has creído á mis palabras, quedarás mudo hasta que tenga cumplimiento cuan- to acabo de decir. » Maravillábase el pueblo de la tar. danza del sacerdote; mas cuando vieron á Zacarías impedido de pronunciar palabra alguna, entendieron que alguna cosa extraordinaria le había sucedido, 2. El ángel anuncia á María la encarnación del Verbo Eterno. Seis meses después el ángel S. Gabriel fué envia: do por Dios á Nazaret, á casa de una virgen, desposa- da con José, varón justo, descendiente de la familia de David, y entrando en el aposento de la virgen, le dijo : « Dios te salve, oh llena de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres » Tur: bóse María al oir esta salutación, y púsoseá conside: rar lo que significaría ; mas el ángel la tranquilizó, diciendo : « No temas, María, porque has hallado gra- cia delante de Dios; concebirás en tu seno y parirás un hijo, á quien deberás llamar Jesús. Este será gran-

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