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153 recibiera de éstos refuerzo alguno, acometióle Bá- quides con un ejército numeroso. A la sazón, el inven- cible Judas tenía sólo tres mil hombres á sus órdenes y aun de éstos se escaparon casi todos antes de dar la batalla, permaneciendo fieles al general como unos ochocientos soldados, á los cuales decia el valiente Macabeo momentos antes de atacar : «Si ha llegado ya la hora, muramos generosamente por nuestros hermanos; pero no mancillemos nuestra gloria. » Murió este héroe abrumado por el número exce sivo de sus enemigos. 113. Ultimos años antes de Jesucristo. A Jonatás y á Simón cupo la gloria de libertar completamente á su pueblo de la dominación de los reyes de Siria. Aristóbulo, nieto de Simón, fué el pri- mero que llevó el título de rey después de la vuelta del cautiverio. Viendo Pompeyo, general romano, que Hirca no II y Aristóbulo 11 se disputaban encarnizadamen- te la corona, declaróse á favor de Hircano, quien por agradecimiento hizo la Judea tributaria de los roma nos. Pero el año cuarenta antes de Jesucristo el se- nado romano declaró rey de Judea á Herodes, origi- nario de Idumea, el cual mandó quitar la vida á to- dos los descendientes de la familia de los Macabeos, sacrificó á sus sospechas á seres queridos y manchó su trono con una larga serie de crímenes, precursores de los que después cometió en Belén en la degollación de los niños inocentes. Con el advenimiento al trono de Judea del ex- tranjero Herodes, había llegado ya el tiempo de la venida del Mesías, conforme á la profecía de Jacob : ¿El cetro no saldrá de Judá hasta que venga Aquel que debe ser enviado, esperanza de las gentes. » Al tomar el idumeo Herodes posesión del trono de Je-

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