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147 — cisos en la fé, al ver que he aguardado á que tuviera yo noventa años para darles el mal ejemplo de abrazar el paganismo ? Además, ¿qué me aprovecharía li- brarme de los suplicios de los hombres, si no puedo evitar el caer en manos del Dios omnipotente ? Así pues, prefiero morir por nuestras santas leyes y dejar con esta honrosa muerte un ejemplo heroico á los jóvenes. Dichas estas palabras, fué conducido al su- plicio, y cuando estaba á punto de expirar, exclamó : «Tú sabes bien, Dios mío, que sufro gustosamente los más atroces tormentos en mi cuerpo por cumplir tu santa ley. » Dicho lo cual, dejó este mundo para trasladarse al seno de los justos. 108. Martirio de los siete hermanos Macabeos. Ejemplo no menos vigoroso de fortaleza de es- píritu dieron los siete hermanos Macabeos, martiri- zados con diferentes tormentos por orden del mismo Antíoco Epífanes, porque á ejemplo de Eleazar, se negaron resueltamente á quebrantar la ley santa de Dios. Ofendido el malvado príncipe de la noble re- sistencia de los valerosos hermanos á su loco capri- cho, mandó azotarlos bárbaramente y despedazar sus carnes á fuerza de golpes ; y cortándoles la lengua, los pies, las manos y arrancándoles la piel de la ca- beza, los asaban, por fin, viv. s en sartenes de bronce: suplicio que sufrieron los Macabeos con admirable constancia y fortaleza. El uno decía : «Primero moriremos mil veces que renegar de nuestra fe y quebrantar el manda- miento de Dios. » « Príncipe, añadía otro, tú nos qui- tas esta vida efímera; pero el Señor de cielos y tierra nos dará una vida eterna, si morimos en defensa de su ley. » Tendiendo sus manos el tercero, decía, cuan- do fueron á cortárselas : « Del cielo las he recibido, y espero que en el cielo me las han de restituir, » Con

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