BCCPAM000313-2-05000000000000

128 — nes, probó alimentarlos exclusivamente con manjares por ellos elegidos por espacio de diez días, al cabo de los cuales vió con gran asombro y satisfacción que los semblantes de Daniel y sus compañeros sobrepujabar en frescura y belleza á los de los otros jóvenes conwi: dados á la mesa real. Desde aquella hora otra coy no solía ofrecerles sino agua y legumbres. Al mismo tiempo dotábales Dios de una sabidw ría tan singular, que eran la admiración de la corle sobre todo Daniel, cuyo acierto en la interpretación de los sueños era asombroso. De tal suerte supiera captarse la benevolencia del rey, que les encomendí los cargos más importantes de la corte. 94. La casta Susana. Era Susana mujer de peregrina hermosura, edi zada por sus padres en el temor de lios y amor deb virtud. Dos malvados ancianos, que conocían en las ausas de los judíos durante la cautividad de Balk lonia y se reunían diariamente, para despacharlix en casa de Joaquín, ilustre israelita, marido de $ sana, concibieron hacia ésta un amor desmedido;y para el logro de sus criminales deseos, en ocasión qu la sorprendieron en su jardín, la amenazaron 0% acusarla del delito de adulterio, si no accedía á sw insinuaciones. No se rindió Susana á las amenazs de los viejos, y así, optó por exponerse á la muerl primero qe faltar á la castidad. «Me veo, exch maba, estrechada por todas partes de males, y mí ojos no registran sino desgracias ; si ejecuto lo que s licitáis, ofendo á Dios gravísimamente, si no acced á vuestros deseos, no me escaparé de vuestras manW prefiero, con todo, caer en ellas, inocente cual so á cometer un pecado en presencia de Dios. » Dicho esto, pidió auxilio á voz en grito. Los di viejos corrieron presurosos á la puerta del jardi

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz