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120 — 87. Dase á conocer el ángel. Tratando ambos Tobías sobre la recompensa que deberían dar al ángel, decía el hijo: Padre mío, ¿cómo pagaremos los servicios prestados por mi compañero ? Ha sido mi fiel guía en el camino ; por sus prudentes consejos acerté á casarme con una mu- jer virtuosa y llena del temor de Dios; él mismo en de Gabelo ; á ti te ha devuel. persona cobró la deuda ibró de la voracidad del pez; to la vista, y á mí me | ¿qué recompensa podremos darle en retorno de tan- tos beneficios ? Pregúntale si se dignará aceptar la mitad siquiera de los bienes que hemos traído.; Llamaron, pues, al ángel, y le ofrecieron como pago de sus servicios la mitad de los bienes adquiridos, Pero dándose entonces el ángel á conocer, les dijo: sendecid al Señor, que ha usado de misericordia con vosotros. La oración acompañada del ayuno y de la limosna vale más que todas las riquezas del mundo. Cuando rogabas á Dios con lágrimas, y dabas sepultura á los muertos, presentábale yo tus oracio- nes ; y porque eras agradable á Dios, ha sido nece- sario que fueras probado con aflicciones. Yo soy Ra-. fael, uno de los siete espíritus que están constante: mente en la presencia del Señor. Yo tornaré al que me envió ; mas vosotros no ceséis de alabarley publi- car sus maravillas.» Dicho esto, desapareció, dejando atónita á aquella venturosa familia. Tobías, el viejo, murió á la edad de 102 años, y el joven, á la de 99. Los jóvenes cristianos, á ejemplo de Tobías, más que de las prendas naturales, deben preciarse de poseer las virtudes morales : la piedad, la modestia, la castidad. Dios ha señalado á cada hombre un ángel custodio para que le ilumine y le guar de. Sigamos sus inspiraciones, si queremos salir salvos y sanos de las asechanzas que los espíritus malignos ponen á nuestro paso.

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