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110 79. La viña de Nabot. Deseando Acab ensanchar los jardines del pa. lacio de Jezrael, propuso á Nabot que le vendiese una viña de su propiedad, lindante con aquellos. Negósi á ello Nabot, diciendo : « Líbreme Dios de vender la herencia de mis padres : la ley me lo prohibe. » Fu tal la contrariedad que sintió el rey con esta nega- tiva, que no quiso comer en todo el día. Riéndose dé sus escrúpulos la reina Jezabel pensó arreglar el asunto de otra manera; pues habiendo comprado Acab se apropia la viña de Nabot. dos falsos acusadores para que calumniaran á Nabot de haberle oído proferir blasfemias contra Dios y contra el rey, logró que le condenaran á morir ape- dreado. Con la muerte de Nabot halló Acab expedito el camino para apropiarse la codiciada viña; mas cuando iba á tomar posesión de ella, llegó el profeta Elías para decirle de parte de Dios : « Así como los perros lamieron aquí la sangre de Nabot, así también lamerán la tuya en este mismo lugar; exterminada será tu familia, y Jezabel devorada por los perros.

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