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104 — rael ! Si el cielo es morada pequeña para ti, ¿cuánti menor no será el templo que acabo de construirte? Escucha, Señor, las plegarias que aquí se han de diri girte, y sé propicio á cuantos vengan á adorart reverentes y á pedirte socorro en sus necesidades, 74. Poderío de Salomón. Después de la dedicación del templo, Salomón construyó dos suntuosos palacios: uno, para residen. cia suya y otro, para la de la Reina ; notables ambos por su arquitectura y magnificencia. Cercó á Jery. salén de altas y espaciosas murallas, fortificó muchas ciudades, reedificó á Gacer, sujetó á su imperio á los heteos, amorreos y fereceos, reparó los puertos de las costas y creó una flota muy respetable. Su nom. bre se hizo célebre en todo el Oriente. La reina Sabá, ansiosa de ver á un príncipe, cuya fama repercutía en todos los ámbitos del universo, fué en personaá visitarle, para admirar su sabiduría y contemplar los jardines y palacios de la grandiosa Jerusalén. El pueblo de Israel gozaba de paz y tranquilidad envidiables; y, merced á la cooperación prestada por el más hábil de los reyes á las empresas mercantiles É prosperaron el comercio y la industria del país, cual no se había conocido nunca. Dios favoreció á Salom'n mientras siguió sus caminos con firme fe y espíritu dócil ; pero habiendo amado desordenadamente á las mujeres gentiles y dejádose corromper de ellas el corazón, hasta el ex- tremo de edificar varios templos á los dioses que ellas adoraban, el Señor se apartó de él, le negó su asistencia y privóle de su asombrosa sabiduría. «Porque no has guardado mis mandamientos, le mandó decir por el profeta Ahías, dividiré tu reino y lo daré á uno de tus súbditos : sólo conservar una parte para tu hijo por amor á David y á Jeru

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