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y Comunion. Trat, 1, 43 fuego infernal de aquel dragon, en cas- tigo de sus tocamie: tos y adornos, Sus cabellos eran un volcan de chispas que lc ahogaban, y asi pagaba los adornos provocativos y costosos de su c:beza, Llegando pues, á donde estaban los Religiosos este retrato de el Infier= no y muger desdichada, les habló: No temais , Siervos del muy Alto, que ha dispuesto seais testigos de mi desdicha: Justo es Dios y justos son sus juicios, Yosoy aquella infelíz muger por quien haceis oracion, y la que me confesé contigo Padre , en aquel Confesona= rio, ¡Hay de mí! ¡que alli estaba mi remedio , y alli mi perdicion! Sabed, queestoy condenada para siempre á los Infiernos. Sabe Padre , que Dios me ha dado por muchos años, grandes y, repetidos auxilios para confesarme y arrepentirme. Hallabame con obliga= ciones de muger principal, y me tea nian mis Confesores en reputacion de virtuosa 5 y aunque tenia cometidas muchas torpezas, ya de ignorancia en mi niñez , y ya de malicia en mi jus ventud, siempre estuve tenáz y renie tente, y los fui callando , porque me tU