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332. De la Confesion. DEL OLFATO, Y SE PONEN algunas advertencias para usar bien del Tabaco. N el Olfato, es cierto que es casi siempre preciso percibirlos olores que se ofrecen como obgeto propio: y, aunque muchas veces es conveniente á los estomagos, y complexiones el huir de percibir algunos olores; y poreso no te diré, queandes buscando los que son mas nocivos; pero sí te diréqueno seas tan afeminado, que traigas contigo al- mizcles y otros preciosos, y En los hombres es cosa indigna3 pero en Re- ligiososos y Sacerdotes, cosa abomix nable. Los olores preciosos parecen ad- miráblemente en los Templos y Sa= crificios ; pero en los racionales argu= ye mucha sensualidad. Cierto es, que te irás á la mano, si consideras que eres un saco de inmundicias, y que presto serás convertido en gusanos y, hediondéz, Si acaso percibes malosolo- res, considera que presto los darás tu en una sepultura, Y sobre todo , que una alma en pecado mortal es sin com- paracion, mucho mas abominable su he-
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