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516 De la Confesion de malas compañias que suelen parar en estos excesos, Ni tampoco permitas que echen votos, porvidas, maldicio, nes y otros modos abominables que als gunos usan; y que no mientan ni mut. muren de el proximo. Pero mira, que el mejor medio de enseñar, ha de ser con el exemplo en esto y en todo lo de, más; porque si tú eres jurador, tram= poso, poco honesto, bebedor, jugador, holgazan, negligente en asistic á los Templos á confesar y exercicios devo. tos3 y tu muger es maldiciente, vana, amiga de galas, de pasariempos, de vis sitas impertinentes, de conversaciones y chanzas no muy honestas: ¿cómo se. rá posible que enseñeis á vuestros hia jos y domésticos? ¿Ni qué efecto ten» drán las palabras que se destruyen y desmienten con los malos exemplost Sobre todo te encargo, que de nin- pan modo permitas en casa; ni que tus ijos é hijas vayan á donde suele ha- ber unos juegos y diversiones diabólis cas, que la gente moza (y aun los an. cianos y casados, que es lo mas la- mentable ) suelen hacer en las casas , en especial las noches de Pasqua y Cat nes;