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A PS LA e e 28 ¡De la Gonfesios se- experimenta en'el confesonaríó que si el Confesor , recelando que ocultan culpas, les pregunta y dice : ¿Has come tido éste y éste pecado en ésta y ésta forma? Responden como'angustiadas; Sí Señor. ¿Y habrán sidonil veces? No Señor, norantas 5 y:explican quantas han cometido. Y si» las dexáran á que ellas por. sí mismas: se declaráran,, 00 harian ,ni tienen aliénto por la fealdad del pecado: ó-acaso dirían algo y me= nos veces, Y. otras dicen, que venian con ánimo de «callarlo' todo. Y viendó ahora la caridad con queel Confesor les pregunta y alienta, sin :admirarse, mi escandaljzarse , ni enojarsé', suelen prorrampir: Dios se lo pague á usted: lo que me consuela , que si astme hubieran preguntado y ayudado otros; Confesores, yo no lo tendria calladobastaabora. Ale gunas se escusan de haber callado, pots que los Confesores les daban piriesa que se despachasen 3 ó porque habiendo comenzado á desahogarse se indignas ron , y les trataron con aspereza, y: pór eso no tuvieron aliento, ni se atrevie- ron á confesar mas ; y que: éste fué el principio de callar tantos años. ¡O.Se« ños