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y Comunion, Trat, VI. 407 repente ven al desdichado en un rin conde la sala, caida la cabeza en el suelo, y miserablemente muerto por el demonio. Halláronle desnudo , negro como un tizon , y sembradas por todo el cuerpo señales de fuego 5 y finalmen- te, tan asqueroso y horrible en el aspec- 10, que daba bien 4.entender en las se- ñales exteriores del cuerpo , que sual- ma penaba ya en los tormentos eternos delinfierno , donde está y estará para mientras Dios fuere Dios, ¡Gonsidérese la. afliccion y descons suelo, que ocuparia los corazones de los tristes padres de aquel hijo desgra- ciado! -Diéronseá- llorar amargamente tan inconsolable desgracia 5 y mucho mas quando, despues de llamado arri- baá: aquella misma sala en que estaba el muerto , aquel otro mozo su compa- ñero, supieron de él (que con lágrimas lo contó todo) el pecado , porque Dios tan severamente le habia castigado. Y se dexa considerar, que en la misma cama estaria continuando sus torpezas, puesalli se cumplió el plazo que tenia determinado la divina Justicia para tan horrendo castigo.¡Miserable Bartolome! Cc4 Si